Una lesión cerebral que afecta las áreas del lenguaje y sus conexiones puede provocar trastornos afásicos de carácter transitorio o permanente. La afasia puede surgir como resultado de una lesión cerebral causada más comúnmente por:
• un traumatismo craneoencefálico
• un accidente cerebrovascular (ACV) y otras enfermedades cerebrovasculares
• tumores cerebrales
• enfermedades degenerativas (como el Alzheimer)
• procesos infecciosos que afectan el cerebro y las meninges (como la encefalitis herpética)
• esclerosis múltiple (aunque la afasia es un síntoma poco común en la EM, apareciendo en menos del 1% de los casos)
• otras causas, como epilepsia, migrañas y trastornos metabólicos
Para funcionar correctamente, el cerebro necesita oxígeno, glucosa y nutrientes. Tras una lesión neurológica como las mencionadas anteriormente, las áreas del cerebro que dejan de recibir un riego adecuado pierden parte de sus células nerviosas. Estas pérdidas neuronales en la zona afectada provocan inevitablemente alteraciones funcionales: las funciones primarias o secundarias, así como las funciones neuromotoras o cognitivas asociadas a esa zona, pueden verse afectadas. Aunque el cerebro posee cierta plasticidad, y algunas áreas pueden asumir las funciones de las áreas dañadas con el tiempo, esta plasticidad y capacidad de transferencia funcional tienen límites.
Sobre el accidente cerebrovascular (ACV)
Aunque los traumatismos craneoencefálicos pueden ocurrir de manera inesperada en la vida de cualquier persona, independientemente de su edad, sexo o estado general de salud (por ejemplo, tras un accidente de tráfico o un fuerte golpe en la cabeza), el accidente cerebrovascular (ACV), aunque también ocurre de manera espontánea y evoluciona rápidamente, suele estar precedido por factores predisponentes y señales de advertencia. La persona afectada generalmente tiene tanto una predisposición genética como un estilo de vida que incluye factores como: estrés excesivo, una dieta o un sueño inadecuado, abuso de diversas sustancias, un tipo particular de personalidad (como la personalidad tipo A), entre otros, que influyen negativamente en su salud durante un período prolongado.
Según las estadísticas, el accidente cerebrovascular (ACV) es la principal causa de afasia. Estas mismas estadísticas revelan que 1 de cada 3 personas que han sufrido un ACV desarrollan alguna forma de afasia.
El ACV ocurre cuando un vaso sanguíneo (una arteria) que suministra oxígeno y nutrientes al cerebro:
• se bloquea por un coágulo sanguíneo (accidente cerebrovascular isquémico), que representa aproximadamente el 80% de todos los ACV
• se rompe (accidente cerebrovascular hemorrágico)
En cuestión de minutos, las células nerviosas en esa área del cerebro se ven afectadas y pueden morir en pocas horas. Las funciones coordinadas por la zona afectada del cerebro no pueden llevarse a cabo adecuadamente. Al igual que en el caso del infarto de miocardio, cuanto antes comience el tratamiento de emergencia tras la aparición de los síntomas, mayores serán las posibilidades de reducir los efectos del ACV.